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Jonathan Galassi escribe su primera novela sobre el mundo editorial, que conoce a la perfección, puesto que fue el presidente y editor de Farrar Strass & Giroux, exeditor de Random House, exeditor de poesía de The Paris Review, poeta y traductor. Ha sido responsable de publicar los libros de 20 premios Nobel, algo semejante a uno de los protagonistas de la novela. Suyos son Las correcciones, de Jonathan Franzen, Middlesex, de Jeffrey Eugenides, y Gilead de Marilynne Robinson. Tras presentar al autor vamos a la novela.
Paul Dukach, se quedó fascinado siendo adolescente con la poetisa Ida Perkins en la librería de Morgan: Pages en Hattersville su pueblo natal. Ahora pasado un tiempo entra a trabajar en Purcell & Stern, prestigiosa editorial independiente, como quiere que se la denomine su propietario Homer Stern y cuyo catálogo reúne una deslumbrante lista de genios literarios y premios Nobel. Homer Stern, despótico, mujeriego, chismoso y gran editor, cuyo rival declarado ha sido siempre Sterling Wainwright, propietario de la editorial Impetus.
Impetus siempre ha dispuesto de más fondos que P & S y no se ha privado de incluir en su catálogo todo lo que ha deseado, aunque lo mismo que para Stern hay una figura que siempre ha destacado en él y que a ambos ha obsesionado la de Ida Perkins, Wainwright, primo suyo y antiguo amante, ha sido el editor de toda su obra.
Ida es una mujer que escribe una poesía exquisita, pero que para muchos tiene una vida un tanto escandalosa, se ha casado cuatro veces y ahora con más de ochenta años vive retirada en Venecia. A raíz de encontrar un manuscrito de uno de sus maridos, Paul Dukach la pedirá una entrevista que ella le concede y en la larga conversación que mantiene con la poetisa se da cuenta que su vida no ha sido tan fácil ni tan glamurosa. Le dejará un legado que le crea una difícil controversia.
La novela se centra en el mundo editorial, nos presenta personajes reales como Stephen King, Updike, ficticios y reales con nombre ficticio. El protagonista pretende existir en un mundo editorial digno. Una de los capítulos más cargados de ironía es el de la Feria de Frankfurt, en donde se hacen extrañas compras envueltas en alcohol de las que al día siguiente muchos de los compradores se arrepienten y a la que todo el que sea alguien en el mundo editorial debe acudir.
Al final de la novela, cómo no, la aparición del nuevo mercado, el del libro electrónico, con Medusa, que claramente hace referencia a Amazon. Aquí es donde nuestro protagonista se pierde, puesto que ya no es la calidad del libro lo que pervive sino extrañas palabras como macrodatos, escalabilidad, convergencia virtual o geolocalización.
Musa es una hermosa novela sobre la edición, sus entresijos, la competencia entre las editoriales por tener a los más grandes y la nueva realidad virtual que ha llegado a la lectura.